2008/06/10

Estamos de Evaluación

Llega junio, final de curso y, con este dichoso mes, las evaluaciones. Es un mes espacialmente asqueroso, largo, cansino pues hay mucho más trabajo y estres que de lo habitual, etc. pero especialmente malo por los procesos de evaluación. La gente no deja de decirme que es necesario evaluar a las alumnas para que sepan qué está bien y qué no, pero por lo visto debe ser qué está o no bien para mí que soy quién evaluo... chungo trabajo, me convierto en juez e, incluso, podría convertirme en verdugo. Es odioso.

Lo peor no es que tenga mucho trabajo en la escuela que también, lo peor es que junio suele ser el mes del calor, del destape y, claro, con el además de las evaluaciones del trabajo (que únicamente tengo que hacer "tres veces al año") tengo que empezar a aguantar las mayores manifestaciones evaluativas del resto de cuerpos y rostros que van más o menos bronceados, más o menos delgados, más o menos pintados, más o menos hinchados,... ¿más o menos? ¿mejor o peor? ¿bien o mal? Ufff... que llegue julio para irme muy lejos y desconectar de todo, incluso de mí misma.

La sociedad está acostumbrada, pese a que nadie se lo exige, a hacer juicios de valro de un modo sistemático, a mí que mi trabajo me exige (en cierta manera) que haga esos juicios que luego podrán condicionar la vida de las personas a las que evaluo según el acierto de mi subjetiva evaluación. A mí me cuesta...

Lo que me preguntaba hoy era si la gente se planteará alguna vez lo poco o mucho que puede influir con sus juicios sobre las mayores "tonterías" en las vidas de terceras a las que no estaban evaluando pero a las que afectan los prejuicios que terminan creando con esas estúpidas evaluaciones. No se dan cuenta que son carceleras y encarceladas de sus propios juicios y prejuicios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a algunos esas evaluaciones y juicios de valor nos han jodido la infancia y adolescencia, hayan sido "positivos" o "negativos", han sido nefastos en nuestra construccion como personas