Hace un par de días me quedé en casa de mi tía de Vitoria comiendo... me estuvo enseñando las fotos de su viaje a San Petesburgo y Moscú, ciudades ambas en las que no he estado, pero las que visitaré al igual que hice con el Vaticano. Hay sitios que hay que ver para poder criticar con mayor dureza y argumentos. Pero no es exactamente eso lo que me trae aquí, hoy.
Lo que me trae hasta vuestros ojos (y hasta los mios ya que soy el primer lector de mi post) es el mundo de las sensaciones internas ante estimulos visuales externos. Cualquier cosa que vemos nos suele trasmitir algo, salvo que tengamos tan naturalizado el estimulo que no estimule ninguna nueva sensación que permita ser percibida como diferenciada de un estado de aparente "normalidad". Bueno, a mi las fotos de los viajes de las conocidas que se empeñan en enseñarmelas me suelen producir aburrimiento, sobre todo cuando no he estado en esos lugares y, para mi experiencia personal, están completamente descontestualizadas. Es decir, para quien las hizo le evocará recuerdos y sensaciones que fueron producidas y percibidas en el lugar que se visitó. Y, que por tanto, al mirar de nuevo las fotos, su recuerdo, aflorará nuevamente esa sensación. Mas si no es el caso de que sean las fotos de tu propio viaje, dificilmente podrá evocarte nada pues no has vivenciado nada en esos lugares.
Bueno, ha quedado claro que las fotos no me hicieron sentir gran cosa, por muy magnánimes que fueran los edificios y muy ostentosos que fueran las esculturas, los palacios y mezquitas, no crearon nada más allá de la sensación de que aquello fue otro imperio que emuló a otros magnanimes imperios que, como todo imperio, decrepito y sin sentido, acabó en el hoyo.
Sin embargo, cuando entré a la habitación de mi prima, allí ví colgado un puzzle de infinidad de piezas que era identico a una foto que saqué en verano. Era una panorámica de Florencia desde lo alto de uno de los miradores que la rodean. Ese puzzle, tenía su contesto y su ubicación y sensación corresondiente archivada en mi mente... ese puzzle pudo evocar sensaciones que percibí en mi viaje de este verano a aquella hermosa ciudad.
Cuan importante es la contextualización de las cosas en nuestras vidas para que impulsen algo. Que sería de la sensación de rabia sin un contexto que pudiera producirnosla, ese contexto con el que hace que nos rebelemos...
Lo que me trae hasta vuestros ojos (y hasta los mios ya que soy el primer lector de mi post) es el mundo de las sensaciones internas ante estimulos visuales externos. Cualquier cosa que vemos nos suele trasmitir algo, salvo que tengamos tan naturalizado el estimulo que no estimule ninguna nueva sensación que permita ser percibida como diferenciada de un estado de aparente "normalidad". Bueno, a mi las fotos de los viajes de las conocidas que se empeñan en enseñarmelas me suelen producir aburrimiento, sobre todo cuando no he estado en esos lugares y, para mi experiencia personal, están completamente descontestualizadas. Es decir, para quien las hizo le evocará recuerdos y sensaciones que fueron producidas y percibidas en el lugar que se visitó. Y, que por tanto, al mirar de nuevo las fotos, su recuerdo, aflorará nuevamente esa sensación. Mas si no es el caso de que sean las fotos de tu propio viaje, dificilmente podrá evocarte nada pues no has vivenciado nada en esos lugares.
Bueno, ha quedado claro que las fotos no me hicieron sentir gran cosa, por muy magnánimes que fueran los edificios y muy ostentosos que fueran las esculturas, los palacios y mezquitas, no crearon nada más allá de la sensación de que aquello fue otro imperio que emuló a otros magnanimes imperios que, como todo imperio, decrepito y sin sentido, acabó en el hoyo.
Sin embargo, cuando entré a la habitación de mi prima, allí ví colgado un puzzle de infinidad de piezas que era identico a una foto que saqué en verano. Era una panorámica de Florencia desde lo alto de uno de los miradores que la rodean. Ese puzzle, tenía su contesto y su ubicación y sensación corresondiente archivada en mi mente... ese puzzle pudo evocar sensaciones que percibí en mi viaje de este verano a aquella hermosa ciudad.
Cuan importante es la contextualización de las cosas en nuestras vidas para que impulsen algo. Que sería de la sensación de rabia sin un contexto que pudiera producirnosla, ese contexto con el que hace que nos rebelemos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario