2008/04/02

Defensoras de La Libertad


Carta a Los Matxitos de Izkierdas:


Como defensoras de la libertad, nos mostramos como somos, nos expresamos como sabemos, y observamos lo que nos rodea. Tratamos siempre de evitar faltas de respeto, de no alentar falsas esperanzas, de no cohibir a quienes nos rodean. Día a día labramos confianza en quienes se nos acercan pues nuestra naturalidad les contagia y confía. Nosotras no traicionamos nuestros ideales, ni nuestra manera de ser, ni de comportarnos... No imponemos nuestra particular forma de actuar, ni de pensar o vestir.

Aun así, esas personas que se dicen de izquierdas, que de la izquierda no conocen más que uno de los laterales de su cuerpo, día a día, consciente o inconscientemente, se esfuerzan por demostrarnos el vacío de sus ideales. Se definen como personas de izquierdas, libre pensadoras, antifascistas, feministas, etc... ¿Dónde quedan esos valores estando una noche de fiesta? Trágica imagen la que da la gente con sus semejantes, personas que se atreven a explicarnos las injusticias de la sociedad, sin darse cuenta que las más horrorosas de las injusticias y crueldades se cometen con las personas más cercanas. Todas nos acordamos de “los niños africanos”, nos enfurecemos al enterarnos de una nueva víctima de la violencia contra las mujeres en alguna ciudad del estado. ¿Pero dónde queda la agresión a las personas que libremente se expresan tal y cómo son en cada situación que viven y comparten? De las compañeras nadie se acuerda, estamos demasiado ocupad@s en proteger al resto que no nos damos cuenta de nuestras acciones agresivas para con las más cercanas.

Que tristeza; vaya vacío. Cómo no sentirlo si, con quienes discutes sobre progreso y feminismo cada jueves en un local de librepensadoras, se comportan como el facha al que dicen despreciar. Comentarios paternalistas, cuando no despreciativos y machistas, con tono burlón y aireado. Que no entendáis nuestra expresión corporal u oral, no es problema de quienes la expresamos... sino de quienes ególatramente pensáis que todo lo que sucede a vuestro alrededor se hace en torno al sexo, a vosotros, y sobre todo a vuestro falo.

Repetiremos indefinidas veces que nos comportamos con naturalidad, nos expresamos con los recursos que tenemos a nuestro alcance, y gracias a que el cuerpo no es un tabú para nosotras, lo usamos como parte de nuestra expresión no-oral. Nuestro cuerpo es nuestro y es comunicante. Jugamos, lo rozamos y acariciamos contra quien nos apetece siempre que la persona sea copartícipe, pero nunca para expresar nada a terceras. La conversación es parte del comunicante y el comunicando (recíprocamente), es decir, es parte de las personas que previamente acordándolo se comunican respecto a algo. En dicha comunicación, por tanto, toman parte las personas que son partícipes de dicha comunicación desde un principio. Podría entrar más gente a ello, pero nunca deberán juzgar el modo en que esas dos o más personas han decidido previamente comunicarse.

Nosotras, libres en pensamiento y acciones, no os juzgamos por lo que sois o dejáis de ser, pero la izquierda debe estar supravalorada si quien ejerce poder de falo sobre compañeras se siente de izquierdas. No tratamos de explicaros como debéis comportaros, lo que sí os decimos es que contra nosotras no ejerzáis de padres, maridos o amigos que desean algo más. Sigamos siendo amigas.

No os provocábamos, nunca provocamos a la gente, vuestra educación os provoca erecciones psicológicas por vuestras fantasías sexuales, fruto de un sistema de valores falocráticos y machistas, no nosotras. Ni os provocamos en lo sexual, ni en vuestra hombría. Vuestra hombría es vuestra, no la cuestionamos, simplemente nosotras no la queremos, pues ejercer poder sobre las demás no es nuestro estilo, y no la necesitamos. Vuestro derecho de hombre lo marcó la tradición, pero supuestamente, la gente de izquierdas, no sigue tradiciones, las descompone y crea nuevos valores a partir de nuevos sistemas de creencias. Creemos que cuando salís de fiesta la izquierda se queda en la inclinación de vuestra poya.

(publicado en la revista HIKA)

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