2008/05/08

Carta a Vosotras, amantes de lo verdaderamente auténtico...

Os llamo a vosotras que conservais el arte del encanto con cada brisa de aire que suena en vuestros oidos, a vosotras que sois amantes de lo verdadero y genuino. No habeis de creer que el tiempo enseña ni a ser ni a estar, pues tal como sois y estais, más que aprender, teneis ya mucho más que enseñar.

Ciertamente es dificil entender vuestras cabilaciones, perdonadnos y sed pacientes, pues la mente de las que fuimos y olvidamos es retorcida y no percibe atisbo de ciencia o certeza en vuestras palabras. La mente de las que crecimos y educamos tiene un fundamento distinto... Pero, podemos cambiar, dadnos otra oportunidad y os haremos sentiros escuchadas y valoradas, porque trataremos, en nuestro cambio, de analizar junto con vosotras ese maravilloso mundo lleno de incertidumbres y misterios con el cual aun vosotras seguis maravillandoos y, ahora, a nosotras nos ha sido vetado.

Enseñadnos a sorprendernos, a no fingir la sorpresa. Estamos dispuestas a reaprender de manos de vuestras pequeñas manitas a crear la incertidumbre, la duda y lo maravilloso y mágico, aunque comprensible, de lo novedoso de las cosas; sin que esa duda o incertidumbre nos cree frustración o desasosiego, sin que nos cree ansia ni desprecio.

Teneis razón, lo reconocemos, las cosas no han de ser como decimos o como nos dicen que os digamos que son. Sí, también teneis razón, nosotras tampoco somos capaces de entender la existencia de Dios, sin embargo algunas creemos. Pero podemos cambiar, enseñadnos a maravillarnos con las lindezas de la naturaleza y la postnaturaleza, dejadnos perplejas con vuestras incógnitas sobre las cosas que ordinariamente vemos y que, las adultas, no nos paramos a observar y analizar.

Estamos completamente de acuerdo con vosotras en eso también, pero tened en cuenta que nos enseñaron de un modo diferente, fariseo y paternalista, aun así, habiendonos sentado a dialogar con vosotras, como podeis ver, estamos cambiando. Por lo que, como decís, no os hablaremos de respeto sin respetar vuestras dudas, sugerencias y analisis abstractos y existenciales. No os hablaremos de respeto mientras veis a vuestras madres con el yugo de la casa y del marido que descansa. No os hablaremos de respeto, cuando por nuestros propios miedos, no respetamos vuestros deseos y acciones, vuestra sexualidad y creencias mágicas o espirituales.

Es un paso pequeño, lo sabemos, pero hemos cambiado, no os hablaremos de respeto, porque con nuestras acciones, como máximo y firme ejemplo de comportamiento, aprendereis lo que esa palabra significa y dignifica. No os explicaremos nada sobre sexualidad explícitamente, porque es nuestra compañía y acción diaria la que os mostrará implicitamente las diversas realidades y multitud de variantes que podreis seguir y crear en torno al sexo. Ya no será necesario, como antaño, que hablemos sobre un ser supremo que crea y descrea a su antojo, porque no entraremos a adoctrinar en pensamientos, os daremos cultura y capacidad para que en un futuro, si fuera el caso, se encendiera por acto divino la duda sobre la existencia de Dios y diera, si acaso, ganas de creer en ello.

Sabemos que nos entendeis de sobra, algunas incluso, sabiamos que nos entendiais ya cuando aun no articulabais palabra. Sabemos la cantidad de necedades que tuvisteis que aguantar cuando por falta de capacidad articulativa de la lengua oral normativizada no erais capaces de llamar gilipoyas a vuestras progenitoras. Perdonadlas, sabían lo que decían y no estaban locas, pero fueron educadas en otra cultura; una cultura de poco aprecio al resto y una egolatría infinita a sí mismas y a sus semejantes que, por supuesto, no erais vosotras pese a que fueseis capaces de entender lo que decían.

Lo hemos hablado entre nosotras y estamos de acuerdo en haceros este llamamiento para que nos ayudeis porque, como tratamos de transmitir, estamos dispuestas a cambiar. Os damos la oportunidad de que hagais una asamblea autogestionada y automoderada, como sepais o podais, pero sin la incursión de quienes olvidamos cómo habían de hacerse las cosas y cómo se maravillaba una por aquel entonces ante una nueva experiencia.

Un Beso Muy Suave y Cariñoso

No hay comentarios: