QUÉer OKUPAR!!! -Similitudes entre Movimiento Okupa y Movimiento Queer-

El movimiento Okupa siempre me ha parecido un movimiento interesante, además con el tiempo he ido rodeandome de alguna gente que ha participado en alguna que otra okupación y gestión de estos espacios, pese a que yo, por ahora, no he estado en ninguna okupación en sí; sí que he usado estos espacios que me resultan de sumo interés.

Realmente es chulo coger un espacio que está en desuso, muchas veces en estado muy lamentable, casi ruinoso; acceder a él, darle color, alegría, reinventarlo como espacio, como significado y como activismo en sí e, incluso, como fruto de nuevo activismo de otras temáticas que pueden albergarse bajo su techo. La okupación colectiva de espacios, la reapropiación pública de los espacios privatizados, abandonados por intereses o desintereses económicos y, reapropiados por personas sin ánimo de lucro, que con un gran desinterés personal en lo lucrativo, pero con un gran entusiasmo por la colectividad, la comunidad, por el tejido asociativo y las redes sociales, albergan gran parte de la oferta asociativa y cultural de nuestros pueblos y ciudades.

Son esos espacios censurados por los poderes públicos, en bien, dicen, de la "propiedad privada", sin mencionar que en "ese bien privado en desuso" se esconde el enjuiciamiento, el encarcelamiento y el fusilamiento del "bien público" que, mucho más allá de los presupuestos municipales que nos venden como "bien público", tenemos la okupación como reuso de esos espacios clausurados y censurados y rehuso de los espacios privados que desde la concepción adulta habilita el ayuntamiento para sus propios intereses.

Esos espacios muertos que en manos okupas adquieren vida y sentido. Esos espacios que tras robarselos al pueblo para dejarlos pudrir; el populacho, nuestras vecinas, se los reapropia para darle uso privado o uso común, pero, al menos, para no dejarlos morir. Para no dar cobijo a un sistema injusto y opresor que mantiene espacios muertos mientras la demanda de espacios de recreo autogestionados por y para jóvenes y la demanda de vivienda para este mismo colectivo no se ajusta más que al perfil de la okupación. No nos engañemos, ningún estamento público o privado, de Euskal Herria ni del Estado Español, va a darnos espacios para esta revindicación juvenil de espacio autogestionado, por mucho de positivo y beneficioso que tenga este hecho en el desarrollo de las personas que en esa autogestión participan y que en nada impiden el desarrollo del resto.

Por otro lado, al igual que el Movimiento Okupa, el Movimiento Queer reinventa también espacios... es otro movimiento okupa en cierto sentido. Recoje espacios, cuerpos, géneros, roles, etiquetas e identidades lúgubres y arcaicas y se apropia de ellas, las transforma, les da color y vida. Llena de magia y sentido espacios públicos que son vetados a la sexualidad, a las sexualidades que se alejan de la heteronorma hegemónica, como hegemónico es el capitalismo y la especulación para el movimiento okupa. Rasga las vestiduras del capitalismo y del heteropatriarcado; siembra dudas entre los cuerpos que hasta hace poco solo tenían dos espacios: "los de chicos" y "los de chicas". Se salta la costrucción de los sexos y los géneros que los encierran en un binomio que ha sido considerado natural y, que tiene de natural lo mismo que las personas de "Amish". El Ser Humano ha evolucionado con la tecnología desnaturalizando las cosas "naturales", para ser personas. No en vano, el hermafroditismo, hoy en día llamado intersexualidad, era en antiguas culturas símbolo de poderes deseados y benerados. Sin embargo, hoy castramos su "inter-idad" para poder enclaustrar a esas personas en el incandescente binomio sexual y genérico con que hoy quieren dogmatizarnos.

Pero lo queer se mea en los géneros, en las estéticas que se les suponen y en los sexos que ocultan. Se apropia de ellos. Los recoge del inmundo subsuelo donde el arcaismo de una cultura Católica, Apostólica y Romana los ha pisoteado hasta dejarlos pudrir, mezclar con la frialdad y la impasividad e insensibilidad de las piedras, hasta dejarlos en una textura de fino lodo, humedo y frio pero indetectable para nuestros atrofiados sentidos. Atrofiados por el uso de corazas, ropas y tabues, que nos han impedido el contacto con dichas texturas, con distintos materiales y temperaturas. Con nuestros cuerpos, con los cuerpos de las demás, con los objetos y sin ellos. Ni siquiera la imaginación nos han dejado utilizar. Por eso el movimientos queer empieza su andadura por apropiarse de esos espacios, por jugar con materiales y texturas. Por sacar a la luz y al espacio público el sexo, los sexos, los agradables y placenteros sexos, la imaginación y las apetencias. Multitud de sexos y sexualidad, multitud de olores, sensaciones de recien descubiertas texturas y humedades.

Se reapropia de los cuerpos y los llena de significado, alternativo a lo dictado y promulgado por las religiones imperantes que niegan sexo y sexualidad a las personas. Los okupan y los llenan de color... Crean multitud de nuevas identidades, desidentificando a su vez el binarismo epistemológico al que nos tenían acostumbradas las altas esferas. Es un juego de Identidad y Des-Identidad... porque no todo tenemos porque etiquetarlo, porque en la diferencia no se encuentra el peligro de nada, sino en en el unitarismo pastoril de la iglesia que teme a todo, a Dios, al cura, a lo que puedan tocar sus manos, lo que puedan tocar las manos de la persona que tienen al lado, miedo a lo que dicen, a las consecuencias de lo que en viva voz expongan... Viva la libertad de expresión, sexual u oral, u oralmente sexual!!! Que no van a callar al movimiento queer, porque es un movimiento interesante y, que espero, que inteligentemente no deje de trasformarse lo suficiente para que el poder no pueda hacer lo que ha ido haciendo con otros movimientos tradicionales: atrayendolos hacia su propio cauce; institucionalizandolos, ahogandolos hasta matarlos. No queeremos casarnos, no queeremos ser iguales o uniformes, ni queeremos reconocimiento de las instituciones para el movimiento queer. Queeremos ser tratadas como personas, que es lo que somos, sin que para ello tengamos que pasar un examen identitario de ninguna clase y mucho menos moral.

Supongo que por todo esto me parecen tan parecidos en muchisimos puntos el movimientos okupa y el movimiento queer. Movimientos legítimos porque legítimas son sus revindicaciones.