2009/03/16

La Institución más Egoista del Mundo

A veces me da por pensar... sí, ultimamente, no suele ser a menudo que me pnga a divagar sobre cosas; y cuando divago no suelo tener tiempo para plasmarlo por escrito. Pero, bueno, he estado pensando sobre el egoismo y su significado y sobre la institucionalización del egoismo...

Me suele pasar que no me cuadran las opiniones de la gente con las mías propias, dilemas de los cuales suelen desprenderse ideas que se me antojan contrarias y, probablemente (para muchas) hirientes pese a que no sea mi intención molestar a nadie. A nadie que no se moleste por el simple hecho de pensar algo más allá de lo que ya afianzaba su pensamiento.

El egoismo no es un tema nuevo, recuerdo algunos otros post como el de "la solidaridad empática vs la solidaridad redentora" que también trataba un poco este mismo tema. Pero ahora y, tal vez retomando las clases de solidaridad que definí en aquel entonces, voy a hablar de la supuesta solidaridad social y el valor social de la familia y la procreación de la especie.

¿Nunca os ha llegado xplicita implicitamente la idea de que es necesario que nosotras tomemos parte activa en la procreación por el bien social de la especie? Bueno, seguro que la gente no lo dice con una pregunta tan enrevesada, pero aquello de "se te pasa el arroz" casi seguro que lo hemos oido, o sino frases del mismo calado. En definitiva, se trata de hacernos creer que es nuestro deber el devenir humano del planeta, del mundo; parece que mantener nuestra especie frente al resto del reino animal es una responsabilidad de cada una de nosotras.

Pero, ¿por qué motivo, si no es por egoismo y por el etnocentrismo en el que nos educan, teemos que mantener viva ninguna especie y, mucho menso la nuestra que no hace sino destruir al resto y destruirse a sí misma en pro de unas pocas personas adineradas que viven en los paises occidentales del norte? ¿Mediante qué tenemos que mantener esa especie?

Pese a que hoy en día nos dan diferentes formas institutivas bajo las que gestionarla es "La Famiiilia", al más puro estilo Napolitano, a la que corresponde mantener a la especie. La locura egoista y etnocentrista de la especie a nivel de estados, de su subsistencia, de su supremacia sobre el resto de especies aimales y, en gran medida, la supremacía, intelectual, económica, folclórica, deportiva, etc. de cada país sobre sus vecinos. Nos hemos inventado modalidades y las hemos gestionado como competiciones internacionales, en las que cada país tiene su o sus representantes, y en las que el resto del rebaño familiar de la gran familia del estado, nos sentimos reflejados "por patriotismo" (que hay pocos términos que me resulten tan fasciosos como el del patriotismo) y seguimos sus pasos amén de lo que haga.

A un nivel más coloquial, más de andar por casa y, mayormente y de modo encubierto, un sistema que nos encadena a la casa como referente único y de por vida, es el sistema familiar para la descendencia. No hablo de las uniones maritales, ni de los sexo que a éstas las una. Sino de cuando las uniones, desuniones o unidades tienen una descendencia; me refiero al imaginario social de la familia, del bien social que ésta (supuestamente) crea, y de la concepción que el resto tiene de la familia que hayamos podido formar.

Pero hoy no me voy a centrar en las descendientes sino en las progenitoras. En la cantidad ingente de progenitoras que una vez piensan en la descendencia, se quedan embarazadas (tanto ellos como ellas, pero sobre todo ellas) o empiezan procesos de adopción, cambian su percepción social sobre la preferencias sociales y de vida. Comienzan, por tanto, a transformar sus vidas: primeramente con la intrinseca necesidad (según imaginario social) de la propiedad de una casa donde albergar y educar a la descendencia. Segundo, dedicando muchísimo tiempo, a encerrarse en casa con ellas (en el mejor de los casos, porque en muchas ocasiones son las abuelas las que se encargan de los cuidados por el trabajo de las progenitoras), pese a que no tengan porque estar ni jugando ni haciendolas caso; siplemente porque en casa no pueden estar solas "por si les pasara algo". Al dedicarle tanto tiempo a esto, restamos tiempo de otras actividades que hasta el momento de la creación de la unidad familiar hubieramos podido hacer; como por ejemplo: otras actividades sociales, redes sociales de diversa índole, hobbies, etc.

Sin embargo, al crear la unidad familiar las prioridades cambian; bueno, no cambian, se unifican todas en una única y exclusiva: "La Famiiilia".

Por supuesto, en rededor de nosotras y nuestras familias hay muchas otras personas que se ocupan, bien consciente o inconscientemente, de reforzar el imaginario colectivo de "lo que ha de ser una familia", diciendonos lo que hemos de hacer, como hemos de comportarnos, etc. De este modo también se refuerza la idea de que no podemos alejarnos demasiado de la casa ni dedicarnos a algo que no fuera el cuidado y la educación intrahogar. No se deja espacios para hacer otras actividades con hijas, no se pueden unir los hobbies y las cosas que haciamos antes con la tenencia de hijas. Se nos mata como seres sociales, obligandonos a relacionarnos a traves de nuestras nuestras hijas con personas que sean, a su vez, progenitoras de su amigas.

Tras la muerte a las personas como seres sociales, la familia y, más concretamente, la descendencia se vincula ineludiblemente al cuidado. La familia que se vuelca en el cuidado de la descendencia crea a su vez seres que habrán de cuidar: crea obligaciones intrínsecas por espectativas. Es decir, se espera, egoistamente, que esa descendencia que has podido tener y cuidar, haga lo propio en tu vejez. Sin dar posibilidad de réplica a una persona que no eligió nacer, pero que se verá obligada por las espectativas y el refuerzo social de ese ideario, a cuidar a sus ancianas progenitoras en sus últimos años.

Con lo cual, exceptuando pequeños periodos de la vida que nos dejan algo más de tiempo libre y libertad de movimiento, el resto de ella, nos la pasamos como seres ciudados o seres que cuidan. Seres que viven para la familia, para las necesidades de ésta en un sentido ascendente o descendente, pero la familia. Y, hay una cosa más que no se nos puede olvidar, que además de tiempo para dedicar al cuidado, necesitams dinero para satisfacer muchas de las necesidades de cuidado. Con lo cual, la mayor parte dela vida, además de la familia, la tenemos que dedicar al trabajo.

Por consecuencia, si observasemos la familia desde fuera, sin vínculos de apego a ninguna, como seres desfamiliarizados, podriamos ver que la familia no crea ningún bien social además de la perpetuación de ese sistema familiar en el que se le da continuidad por el miedo que podemos tener todas a la soledad, sobre todo en nuestros últimos días. Es decir, no crea nada que no sea para sí misma. Incluso si pensasemos en el sistema de prestaciones por desempleo, por jubilación, etc. no deja de ser parte de la misma ecuación: más familia, mantenimiento de la prestación porque tenemos nueva clase a la que explotar para el mantenimiento del sistema. Por lo que, la descendencia y el sistema familiar que tenemos, no deja de ser un sitema de mantenimiento de sí mismo y de su patriarca: el estado.

1 comentario:

olatz dijo...

La familia, ODIO la familia! el, trabajo, cada dia lo odio más! y la especie humana... de esa siempre he deseado k se extinga lo antes posible (yo incluida)! el estado tanbien cada dia tengo mas conciencia de lo ke es y por tanto puaj, y la patria... el patriotismo excluyente y de somos los mejores siempre lo he odiado, en cambio creo en la diversidad cultural al igual k en la diversidad de personas y de sexualidades, uniformetasunetik at, ez gara zenbakiak eta ez dugu muga-egunik, eten dezagun zilbor-hestea, izan gaitezen osoak ta askeak uneoro, izan ditzagun gure bereizgarriak (bakoitzak beriak) homogenizazioaren aurrean,muga eta estaturik gabeko mundu batean harreman askeak dituen euskalduna izan nahi dut

PD: mi madre ya me ha dicho k la meta en asilo y viva mi vida y ya ma echau de casa para recuperar ella su vida, la familia, pero algunas se salen aunke sea algo de la norma de posesion, asi ke todo es plantearse las cosas e intentar llevarlas acabo

barkatu baina azken aldian errealitateen konplexuatasuna buruan dut dantzan