2009/05/20

Su Último Invierno



Yo nací en su rostro, arrugado, tembloroso;
compungido aunque hermoso.
Fui formándome, poco a poco,
En una orilla de su ojo.

Fui creciendo y comencé mi camino,
fui resbalando sobre un cutis fino.
Deje tras de mí mi niñez,
un tesoro divino.

Ella lloraba cuando me dio origen,
lagrima fina y virgen.
Que por su rostro resbaló, como al resto,
cuando los sentimientos nos afligen.

Le lloraba a una planta que amaba,
pero que no se erguía en su tiesto,
le lloraba a una planta
que estaba en estado funesto.

Tras dejar su tez,
a un charco caí, chapoteando como un pez.
En la caída yo vi
que ella no moría de sed.

Era su malestar interno,
para la planta, puro veneno,
pues el salazón de sus lágrimas le robaba
su último invierno.





* No pregunteis por qué, ni idea, pero hoy me ha salido esto.

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