He renacido y voy a empezar a celebrar dos cumpleaños...

Sí, he renacido, pero no, no soy ese que llamais Dios. Mi renacimiento o, llamado de otra manera, el ostión que me dí en moto el día 24 de junio, es el motivo de que no haya escrito en varios días. y, a su vez, el motivo de mi renacimiento. Pero me parece que lo primero que debo escribir es este post. He renacido ese día y voy a empezar a celebrar el día de mi nacimiento (que lo llevo años sin clebrar porque me parece una soberana chorrada) y el día de mi renacimiento (que no me parece tan chorrada porque me recordará lo sucedido).

Ese día, volviendo del trabajo para casa se me ocurrió acelerar en un carril de aceleración para incorporarme a la autopista, sin percatarme que un coche que estaba a unos setenta metros, se movía la ultima vez que lo miré, habí decidido clavar los frenos al final del carril y "¡MIERDA!", lo último que dije antes de volar por encima de él y aterrizar sobre un muro de hormigón dejando mi cuerpo un tanto magullado. De hecho traté de levantarme dos veces con la intención de levantar mi moto que yacía tumbada en el suelo, sin exito. Pues me moría de dolor. Me cercioré de que no me faltaban extremidades y que podía mover todas ellas y, ante la imposibilidad de moverme, decidí quedarme tumbado y subir las piernas al muro de hormigón del que me había tirado pues quedé tndido sobre él, por miedo a marearme y lesionarme en un posible desvanecimiento.

No me rompí nada, pero tengo lesiones por, prácticamente, todo el cuerpo. Así que sras, sres y personajes varias: en cuanto me recupere, cambio de estilo de moto. Es el único cambio, me he debido de "enmoñecer" pero estuve mirando motos y buscaba antes el ABS de serie y un doble disco de frenos delanteros antes que la potencia de la moto, lo que me hace pensar que algo ha cambiado en mi vida con esa gran ostia. ¿Me haré viejo? Supongo, mal me iría sino. Pero hay que poder envejecer para poder seguir escupindo al sistema y, para eso, tengo que seguir viva.

No, no creo que fuera culpa el accidente, ni de mis frenos ni de la carencia de ABS en mi Vulcan 900. El código de circulación prohibe pararse al final de un carril de aceleración y, especifica, que en caso de parar habrá de hacerse al principio de éste. Como es lógico pues una vez que estás en el carril es para salir y estar mirando por los retrovisores un hueco donde poder meterte: justamente lo que yo hacía mientras aceleraba cuando choqué. Sin embargo, acabo de empezar a valorar algunas otras cosas que habían pasado desapercibidas hasta ahora.

En fin, también quiero agradecer a todas mis alumnas, amigas, conocidas y gente varia que se fue enterando del golpe y del estado de mi moto los mails, llamadas y ánimo que me ha ido trasmitiendo en este tiempo. También, agradecer a la gente de couchsurfing, el apoyo y las ofertas de vacaciones alternativas al viaje por europa que iba a haber empezado el día 1 de julio y que, por razones obvias, se ha visto truncado.

Gracias a la familia, por no moralizar ni tratar de cambiar mi forma de ser, pese a que siguen dandoles miedo, ahora más si cabe, las motos y que su hija conduzca una.

Pero conducir la moto me relaja, me da nuevas sensaciones y me lleva a nuevos mundos y experiencias: No puedo abandonarla mientras el físico me lo permita. Y, espero recuperar el hombro, el tobillo y los cuadriceps, para que esto siga pudiendo ser así. El resto de heridas van cicatrizando, salvo una en la espinilla que me parece que pasaré el verano con ella, dando guerra. En principio, no debería queda cicatriz, pero casi mejor que quedara testimonio que me recordase todos los días la torpeza integral de la gente y lo vulnerabilidad de las motos ante ese tipo de torpeza o imprudencia. Lo jodido es que la ley dice que si das por detrás te dan por culo, así que una vez más la ley me dará la razón cuando digo que las leyes son injustas.

A todas las demás, exceptuando a la ley, pero incluyendo al dueño del coche con quien choqué que me ha llamado un par de veces a ver que tal estaba, muchas gracias. Sigo viva.