2010/03/20

El Segundo Día Cero de Mi Nueva Vida

Resultaba curioso, pensaba esa nueva mañana según iba a trabajar, que cada día fuese el primero de esa nueva vida, era un nuevo día cero. No podía ser contado el tiempo hacia delante, según decían, porque no podía tener sentido contar algo que se desconocía, resultaba estúpido completamente. Sin embargo contar los meses que habían pasado era completamente lógico. No había un tiempo antes de algo y otro tiempo después de algo. No había acontecimientos sobre los que empezar nuevas eras. El tiempo, como tiempo, solo podía ser pasado.

El tiempo era un continuum, con lo que como algo que avanzaba no podía contarse hacia delante, por no ser finito, lo que obligaba por lógica comunicativa, a ser contado hacia lo que se conocía y de lo que se podía hablar, hacia el pasado. Siendo el tiempo algo que progresaba, haciendo cambiar las actitudes, los valores, etc. pero dejando en permanencia los que ya fueron; no podía más que contarse el tiempo que se tardó en llegar a la actualidad, a los valores actuales. Y, por supuesto, cada día que pasaba eso, junto con el paso del tiempo, también cambiaba, aumentando.

Incluso, sin entender muy bien a las personas que compartieron esas horas conmigo en aquel aula y sin ser capaz de seguir conversando con ellas y participar en su discusión por mi propia inmersión en mis cabilaciones, había aprendido algo nuevo que no venía ni en el procesador aquel ni en mis añorados libros que en ese planeta parecían no existir. Simplemente, logré entender un nuevo enfoque temporal dialógicamente, conversando y razonando; reflexionando y concluyendo. ¿Por qué cuando yo intenté hacer este tipo de práctica en las escuelas terricolas sentí no lograr esto de mis alumnas  y aquí el primer día ya había sacado un nuevo enfoque histórico-temporal?

- Buenos días! hoy vengo especialmente entusiasmada. Creo que entendí el modo que teneis en Arreit de contar el tiempo y el motivo que os impulsa a hacerlo de este modo.
- ¿Pero no nos pusiste en un brete temporal para que cambiaramos nosotras nuestro enfoque? seguimos discutiendo ayer, cuando tu marchaste, en un parque cercano, a la sombra de un gran coral, y creimos entender lo que tratabas de hacernos entender...
- ¿Haceros entender? No. Ayer lo comprendí yo. Creo que sé porque pensó mi primera amiga Arreitcola que yo sería la persona idonea para enseñaros; ahora entiendo porque la dinamizadora de la escuela me puso en este grupo. Empiezo a entender...
- ¿Por qué? - Escuche varias voces que me interrogaban al unísono.
- Habremos de descubrirlo juntas... ¿por qué pensais vosotras que yo viniendo de tan lejos con unas concepciones temporales tan diferentes a las vuestras, seguramente, con valores, actitudes, otras concepciones, etc. diferentes a las vuestras creyeron que podría enseñaros? Os doy el tiempo que estimeis necesario para discutirlo. Iré encendiendo el procesador y viendo su funcionamiento mientras tanto.

Mientras aquellas arreitcolas se sumergían en una batalla dialogica de exposición de propias tesis que argumentaban con pasión y ejemplificaban con abstracciones e imaginación, yo encendí el procesador. En pocos minutos ya tenía un nuevo problema entre mis manos... me faltaba algo con lo que poder manejarme por aquel ciberespacio. 

- Disculpad, ¿Dónde está el ratón? - pregunté sin impaciencia alguna, pensando que lo guardarían separado por alguna razón. Pero por alguna extraña razón, parecían sorprendidas con mi pregunta, como si no encajase en aquella conversación sobre "los aportes enseñativos de las personas extrangeras o extranversas", ni siquiera parecían encontrarle sentido en el contexto de encender un procesador.
- ¿El ratón? Ayer nos prguntaste lo mismo aunque obviaste luego la pregunta cuando nos pusimos a discutir sobre las fechas y el tiempo. ¿Es algún recurso discursivo? - Preguntó una con mueca interrogativa, tratando de acertar mis intenciones.
- ¿Discursivo? No. Necesito el ratón del procesador, para moverme por el ciberespacio o interfaz del prcesador. - Respondí asombrada ante la asociación que habían hecho de un objeto con el contexto que les rodeaba en ese momento.
- Ah, se referirá a los guantes con sensores que se usaban para manejarse en la interfaz del procesador - Dijo una pareciendo que ya sabía lo que quería decir.
- Pero en esta parte de Arreit ya no usamos esa tecnología anticuada - recriminó otra a su compañera, dandole a enteder que no podía referirme a algo semejante. - Todo el mundo sabe que aquí con el movimiento corporal y manual delante de aquel sensor - señalando una pequeña lucecita encendida sobre un pequeño objeto esférico colgado del techo, es suficiente, siempre acompañandolo de sugerencias con la voz.
- Pero ¿como habría de saberlo ella que ha llegado hace unos días a Arreit y no ha estado en ninguna otra parte de nuestro planeta? - Replicó de nuevo aquella compañera de clase.
- A ver si he entendido - Dije tratando de hacerme con la tecnología arreitcola - ¿se supone que con el simple movimiento de mis manos y por el tono de voz que emplee al sugerir o solicitar información, esto, va a mostrar en la pantalla lo que se corresponda a mis necesidades?
- Exacto. ¿No teniais nada parecido en tu planeta?
- Obviamente: no. En fin... seguid discutiendo sobre los motivos por los que me trajeron a este aula que, sabiendo más o menos su funcionamiento, iré investigando por mi cuenta.

Susurrando palabras concretas como "historia", "Arreit", cosas que pudiesen ser conceptualmente más parecidas a las de la Tierra, a fin de que las reconociese aquella máquina. Haciendo movimientos suaves y gesticulando fui averiguando el potencial de aquel instrumento. Era impresionante, pese a que debía estar haciendo mal algunos gestos porque no los reconocía, como poner cara de miedo, tristeza o enfado; era completamente asombroso lo cómodo y rápido que me llevaba a la información. Dependiendo de los conocimientos previos de cada cual, por el gesto que hicieses facialmente o por el temblor de las manos, aquello era capaz de darte información más simple y organizada para que la entendieses sin ser oriunda de aquel planeta. O si,  por el contrario, hicieses aseveraciones firmes, con seguridad, podía llevarte a mundos de abstraccion total, opiniones diversas y contrastadas sobre las que reflexionar y crear tus propias ideas. Un cibermundo increible sin censura alguna. Ninguna censura salvo la que mis miedos y dudas me autoimponían.

Mientras yo investigaba un nuevo cibermundo que se abría delante de mi a cada movimiento y susurro, oía, tras de mí, las enrevesadas cuadraturas del círculo en que se habían convertido aquellas primeras tesis y argumentos. El nivel de abstracción y figuración que manejaban eran increibles. Desde luego estaban muy acostumbradas a discutir entre ellas. 

Lo que más curioso me resultaba era que ninguna trataba de que su propia idea prevaleciera ante las demás. Cada cual evolucionaba su propio pensamiento y capacidad argumentativa a medida que discutían, generando en conjunto un conocimiento común de lo discutido, sin tener, por obligación, que opinar de igual modo ni tener porqué llegar a las mismas conclusiones. Seguramente mis propias conclusiones del motivo porque yo estaba en esa aula eran harto diferentes de las suyas, pero por su forma de discutir con pasión y respeto, no me apetecía decir la mia, por miedo a que entendiesen la mia por encima de la suyas propias. ¿Por qué habría de ser mejor mi conclusión que las suyas? ¿por qué iba a haber un solo motivo verdadero y único que anulase al resto?

- ¿Tú qué opinas?- Aquella pregunta, desde luego, destrozó mi tranquilidad. Yo que me jactaba de no haber mentido nunca en la Tierra, no podía empezar a hacerlo aquí; pero, si daba mi opinión, podía interferir en la conclusión... ¿qué hacer?
- Perdona, ¿estás muy ocupada con el ordenador? ¿te importaría unirte a la discusión con tu propia opinión? - Repitió otra.
- Disculpad. Sí, bueno... yo... esto... dejadme pensar un segundo, no sé por donde empezar...- dije ganando unos segundos en los que organizar mis ideas antes de empezar mi exposición- Creo que, siendo vosotras Arreitcolas que nunca habeis salido de esta parte de Arreit, pienso que consideraron que yo podría traer un punto de vista completamente diferente de las cosas que vosotras podriais conocer, siendo una forma de abrir los horizontes... Aunque, ahora que lo pienso, no sé hasta que punto he abierto nada en vosotras, lo que estoy segura es que estais abriendo de par en par las puertas a una nueva dimensión, en mi mente.
- Hasta ayer pensabamos en el tiempo como naturalidad, por lo que solo podría ser entendido como nosotras lo habiamos aprendido. Gracias a tí entendimos que es parte de un artificio y que, por tanto, como artifiaclidad puede ser entendida de muchas maneras. Comprendimos la subjetividad del tiempo.
- Cuentanos más cosas de tu planeta, ¿cómo es?
- Mi planeta, la Tierra, bueno, supongo que... tendría que conocer más este para poder compararlo y haceros ver las diferencias que hay entre ambos...
- Pero ¿porque habrías de compararlo? yo siento curiosidad por como es tu planeta, no por como no es el nuestro... ¿no podrías explicarlo sin comparación con nuestro planeta?
- Es un poco tarde, por lo que habeis visto de mi, en cuanto a físico, en cuanto a mis concepciones temporales, por lo que sabeis de nuestra tecnología anticuada, para la semana que viene quiero que traigais una descripción de cómo fantaseais o creeis que podría ser...

Que grandes recursos tenemos las profesoras cuando necesitamos más tiempo que el que unas muletillas lingüisticas podrían darnos. ¿Cómo iba a explicar como era un planeta sin compararlo con otro? ¿como podriamos describir el tamaño, la temperatura, etc. lo que pudieran ser las caracteristicas del planetasin utilizar un binomio causal de la comparativa con otros?

Aquel segundo día fue tabién un gran esfuerzo para mi adormecida mente, no tenía ganas de socializarme más, ver nada, ni conocer gente. Tuve que volver a irme a dormir... Menos mal que ahora me quedaban tres días de fin de semana en los que relajarme y moverme.


No hay comentarios: