2010/03/19

Cuatro Horas más de mi Vida en Arreit

No tardé mucho en llegar al centro escolar más cercano, apenas unas brazadas que me ayudaron a deslizarme suavemente por el vecindario. En mi deslizamiento, la gente me saludaba, me preguntaban a donde me dirigía, seguramente porque aun no me conocían y me deseaban un buen día, despidiendose inmediatamente, siempre, con un "hasta luego".

En el centro me indicaron dónde había una clase de gente autóctona, nacida en esa parte de Arreit, quienes aun no se habían movido. Me resultó superflua esa explicación en un principio. yo nunca había hecho diferencias entre autóctonas y extranjeras en el planeta Tierra y, aquí, que yo era la más extranjera de todas, era extranversa pues venía, incluso, de otro universo; yo, tenía que enseñar a las autóctonas. En fin, se haría lo que pudiese, quizás había llegado a Arreit a cambiar conciencias, a cambiar políticas xenófobas, quien sabía...

Entre en un aula ciertamente extraña. No tenía ningún lugar para que yo me sentara, ni encerado. Nadie parecía tener libros, bolígrafos o similares. pero, sin embargo, habían venido con algo parecido a a unas mochilas. ¿qué habrían de llevar ahi dentro?

- Buenos días! - Dije efusivamente a quienes pensé que eran mis aumnas.
- Buenos días. - Me respondieron dubitativas, ante la novedad de que fuese yo quienes les iba a dar clases, habiendo venido de fuera.

Me dirigí hacia una especie de ordenador que al estar frente a ellas, supuse que sería para mi uso... ¿Cómo se encendía eso? No tenía ni idea, debería preguntar, pero si preguntaba, ¿restaría mi autoridad como persona que venía a enseñarles? ¿destrozaría las grandes espectativas que habían puesto en mi...? Bueno, en La Tierra preguntaba a mis alumnas cuando no sabía algo que ellas debían conocer, así que porqué aquí habría de ser diferente...

- Perdonad, es mi primer día de trabajo en Arreit. No solo en esta parte del planeta, sino la primera vez que trabajo en este planeta y no tengo la más remota idea de como se enciende este procesador; ¿alguna podría explicarmelo?
- Yo te ayudo - respondió inmediatamente una de las presentes mientras se levantaba de donde estaba sentada, dirigiendose hacia mi con tranquilidad. Y añadió - Lo sentimos, no nos dimos cuenta de que de donde vienes, probablemente, muchas cosas no se enciendan o funcionen o, ni siquiera, sean como las que tenemos aquí. Fijate, se hace así... - y posó su mano sobre aquel artilugio - y para cualquier cosa que necesites pregunta... - agregó mientras volvía a su asiento.

Al de nada la pantalla que era lo más parecido al encerado al que yo estaba acostumbrada, se iluminó y mostró los contenidos que en él había. Observé aquella gran pantalla, busque el reloj: allí estaba. igual que el que yo usaba, digital, de 24 horas. Al lado estaría la fecha... ¿la fecha? ¿dónde estaba la fecha?

- Perdonad, pero se ha debido desconfigurar y no sé como he de poner la fecha... De hecho no sé que fecha es hoy... ¿alguien es tan amable de ayudarme a configurarlo y poner la fecha? y, y... ¿dónde está el ratón?
- ¿La fecha de hoy? Si se refiere al día de hoy, es día cero. Lo del ratón, no le entiendo muy bien, ¿Te refieres al tema del que vamos a hablar y trabajar hoy?
- ¿Eh? a ver, por partes, la fecha. ¿Es hoy día cero? Bueno... ¿Pero de que año y qué mes?
- Hoy es el día 0 del mes 0 del año 0. ¿Como podría ser de otra manera? - respondió otra de las presentes que estaba sentada en la parte izquierda del círculo que conformaban a mi alrededor.
- ¿Como podría ser de otra forma? No lo sé. ¿Como puede ser de ésta? ¿Qué será, entonces, mañana? - Pregunté con un millón de ideas cálculos matemáticos y rápidos procesos mentales, tratando de averiguar qué lógica podía tener aquello. La verdad es que la sensación era de caida libre, sentía nauseas y un gran vació, una horrible sensación de ignorancia, era casi ridículo. No podía ser posible, debían estar tomandome por estúpida. Se estaban quedando conmigo...
- ¿¿Mañana?? - El gesto y tono de asombro de aquella persona que previamente ya me había respondido una vez no parecía aliviar mi sensación de vértigo - Cuando mañana se convierta en hoy, será 0/0/0. ¿No querrás decir que sería ayer?
- ¿Ayer? Si hoy es día cero del mes cero del año cero y mañana vuelve a serlo ¿es que vivís una y otra vez el mismo día? Entonces, según esa lógica, ayer también sería 0/0/0, ¿a que sí?
- ¿Como podría ser ayer el mismo día que hoy? Ayer hicimos otras cosas diferentes a las de hoy y supongo que en tu caso sería lo mismo. 

Por las gesticulaciones generalizadas de la clase, empecé a entender que ellos debían estar sintiendo aquella misma sensación de burla a su inteligencia que yo sentía para con la mía. Realmente debiamos estar en enfoques completamente diferentes porque no había forma de entendernos. No me iba a quedar más remedio que seguir interrogando sobre todo lo que me rodeaba que, en este caso, era casi interrogarlos sobre mi misma. Porque lo que yo creía saber no lo sabía como debería saberlo para aquellos que, estando allí conmigo, querían saber, sin saber explicarme el concepto temporal al que yo quería acceder. 

Así que asentí, sin preguntar, accediendo a que me explicase qué día se suponía que había sido ayer. A lo que me respondió otra persona que hasta ese momento no había participado:

- Creo que, todas nosotras, lo sentimos mucho, tratamos de ayudarte para entender cómo y para qué debería ser diferente el tiempo, tal y como parece ser que nos quieres enseñar. Pero, para ser el primer día me parece que estás usando un grado de abstracción demasiado amplio. Ayer, por supuesto, como ya sabes y nosotras también, fue el día uno del mes primero del año cero. Pero, mañana no puede ser nada ahora mismo, porque no lo hemos vivido, ni sabremos, hasta mañana, qué nos acontecerá. Será cuando llegue mañana cuando, se convierta en presente y esté, por tanto, presente en la Historia de Arreit.

- ... - 

Me quedé estupefacta, enmimismada, pensando en aquella respuesta. Y por lo que, luego oiría por los pasillos, a ellas les pasó lo mismo al intentar comprender mi exposición temporal, la lógica que había intentado trasmitirles... Así que en cuanto me quedé en silencio fue el momento de reflexión común. Se oían comentarios en corrillos, exposiciones e interpretaciones de lo que, supuestamente, yo había querido decir. Exponiendo por turnos, escuchando las tesis, argumentos y las conclusiones a las que llegaban las compañeras.

Yo, por mi lado, pese a que las oía de fondo, no podía dejar de repetir en mi mente su frase: "Ayer fue el día uno del mes primero del año cero. Pero, mañana no puede ser nada ahora mismo, porque no lo hemos vivido, ni sabremos, hasta mañana, que nos acontecerá". Tenía lógica, pero, teniendola, no podía ser... o ¿sí?

Nunca antes había salido tan extenuada del trabajo. Nos habiamos pasado las horas, no las cuatro que se suponía que eran las de trabajo, sino toda la mañana, pensando yo, discutiendo ellas, sobre las concepciones temporales y las cuantificaciones de esto. Mi mente estaba abrasada, sin fuerzas, sin ganas ni siquiera de hablar. ¡Quería saber más pero mi propio cansancio me impedía asimilar nada! ¿iría el tiempo hacia atrás?

Me tuve que ir a dormir.

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