2008/11/25

¿Relaciones Sin Cadenas? ¿Es Posible?

Pues a veces, las personas que valoramos nuestra independencia al igual que la del resto de las personas, deberíamos plantearnos no ya si es posible, sino si es deseable mantener relaciones interpersonales de las características que gustemos con cada cual, pero sin cadenas entre sí. Para mí la respuesta es obvia, si realmente valoramos nuestra independencia, así debiera ser: Relaciones Sin Cadenas. Pero, teniendo esto claro nos surgen las dudas por la falta de referentes y modelos en los que basar las relaciones que iremos manteniendo a lo largo de la vida.
(Incluso en los ordenadores vemos ambas posiblidades, en todas las cosas
que nos rodean tenemos una versión abierta y sino seremos capaces de inventarla)

Para una relación de estas características debieramos tener algunas cosas bastante claras. Para empezar una mente abierta, obviamente. Para continuar una capacidad comunicativa y empática considerable, sobre la que sustentaremos una confianza recíproca que a su vez será desencadenante de mayor comunicación. Si la comunicación o la confianza se merman, podemos dar por hecho que la relación se irá al garete. Pero ¿Únicamente con confianza y comunicación podemos llevar adelante una relación abierta sin cadenas? Lo dudo.

Supongo que dependerá mucho de lo que busquemos en cada una de las relaciones que establezcamos con las diferentes personas con las que decidamos compartir unos u otros momentos. Pero, no obstante, creo que hay un denominador común inherente a las personas: necesitamos cariño, es decir, sentirnos queridas. Incluso, sin necesidad de entrar en un sistema de privilegios sentimentales de unas frente a otras (estilo competición) creo que cada momento que vivimos con esas personas es imprescindible que nos sintamos y hagamos sentir especiales, únicas, pues realmente somos únicas e irrepetibles, pero necesitamos que nos lo digan.

Entender las necesidades que tenemos cada una es importante en cuanto a que no podemos demandar comunicación sin saber emanar las necesidades, apetencias y preguntas que cada cual llevamos dentro. Es tan importante hacer saber como te sientes sin que te pregunten, como importante es saber preguntar a la otra persona cómo se siente, qué le apetece, etc. siempre que tengamos esa duda. Parece obvio que guardar algunas cosas a lo único que puede llevarnos es a sentir desconfianza y a la sensación de no sentirnos complacidas.

Como ejemplo que puede no valer de nada pero que como vivencia me sirve, he vivido en carnes propias lo bueno y lo malo de ser una persona que todo lo que puede lo aborda con sinceridad y, por lo general, todo se puede tratar de este modo. Sí, es verdad, no sale todo bien cuando eres sincera, mucha gente no lo aguanta y se separa de tu lado en la andadura de la vida, pero hay quienes valoran esa sinceridad y eso les une (en mi caso nos une). Es un tortuoso camino, pero una vez andado la verdad es que al menos, interiormente te hace sentir estupéndamente, pues no tienes la tensión de engañar a nadie.

En definitiva, es necesario ser sinceras con nosotras mismas para poder, al mismo tiempo, ser sinceras con el resto. Es preciso ser asertivas y saber decir "sí" y "no", valorando cada situación, cada sensación o, incluso, cada cúmulo de sensaciones que dan origen a un sentimiento. Es tan importante identificarlo como comunicarlo para hacer partícipe a las personas con las que compartes cada rato de tus propias vivencias y necesidades.

Ya, sí, obviamente, no podemos, como creo que queda bastante claro en esta concepción de "las parejas abiertas" o de las relaciones interpersonales sin cadenas que no se concretan en un efímero contrato entre dos personas, basarlas en la posesión y en el amor romántico, aunque eso no quiera decir que no es necesario tener detalles con ellas, pues a la gente suele venir gustandole que tengan detalles con ella, pero ¿Han de ser siempre regalos físicos y posesiones? ¿Por qué le damos tanta importancia, hoy en día, a cosas que no valen nada? Sí, puede que sea muy drástica; es más, puede que sea injusta y, además, desconsiderada, pero no entiendo porque ha de hacerme ilusión que me regalen un jersey, un ordenador o una cámara de fotos, lencería fina o un armario empotrado si, al final, son los momentos y las cosas que pueden compartirse las que se recuerdan toda la vida, las que te dan esa sensación de cosquilleo en el estómago, las que te electrifican los pelos hasta erizartelos. Son esos momentos y detalles, volátiles, efímeros, los que en su dudosa permanencia física y volatilidad momentánea, se quedan para el recuerdo durante largos periódos de tiempo, dando a la otra persona esas sensaciones tan necesarias de cariño, de reciprocidad, confianza, empatía... Esas que conforman sentimientos fuertes y recíprocos que puedan generar comunicación y confianza como para mantener una relación sin cadenas.

Sí, estoy de acuerdo en que esas sensaciones tendemos a buscarlas de contínuo, pero no es menos cierto que las rutinas y lo que nos dan de modo contínuo acabamos no valorándolo. De un modo generalizado, pese a que pueda no gustarnos generalizar, vemos que es así. Nos educaron para ser inconformistas en general, a desear cosas; en muchas ocasiones, nos educaron para ser dependientes, pero ¿no estabamos hablando de manteniendo nuestra independencia, ésa que valorabamos tanto, y establecer relaciones abiertas y no coercitivas? OK. Entonces tenemos claro de qué hablamos:

No queremos poseer a nadie, el modelo existente nos parece antagónico a nuestra forma de ser antipatriarcal y anti-heteronormativa. Queremos inventar un modelo que nos sirva a cada una para establecer las relaciones que vayamos construyendo en este torcido camino que andamos durante toda la vida. Sí, es más complicado por la falta de referentes, no tenemos un "matrimonio" como referente y objetivo. No nos gusta. Pero el no tener un referente sobre el que basar los objetivos de tu vida no quiere decir que algo sea imposible. Simplemente tenemos que tener imaginación para inventarnos nuestra propia vida, para crearnos nuestros objetivos al margen de cómo lo haga el resto. Sí, da más trabajo y no es tan sencillo como seguir borrégamente los modelos imperantes, pero nadie dijo que fuesemos a hablar de lo sencilla que resulta la vida tras haber sido educadas en un sistema heteronormativo y patriarcal y en sus modelos visuales de establecimiento de relaciones.

Puede que esté equivocada, puede que incluso sea probable y que, una relación así sea un cuento de hadas, una mera utopía, pero lo seguirá siendo mientras no trabajemos por ella, mientras sigamos creyendo que lo que se aleja de los modelos que tenemos pre-establecidos en nuestras mentes son irrealizables. ¿lo son? ¿tan equivocada estoy? Seguramente... pero tengo ganas de equivocarme una vez más y ser capaz de averiguarlo por mí misma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

koldotxu geniala zara, yo he hecho un intento, dificil, no hay modelo y no es facil despojarse de lo inculcado, la unica forma de ke sea viable: KOMUNIKAZIOA, dificil de conseguir esto tambien, a veces se tuerce y duele, pero no diria ke sale mal, de las torceduras se aprende, y las torceduras no tienen porke ser destructoras de todo, o eso kiero kreer

contra el heteropatriarcado reinventemos nuestras relaciones, disfrutemoslas cuando existen, aprendamos de nuestros errores y empatizemos en vez de destruirnos cuando terminan, es mas reconvirtamoslas en diferentes mas ke destruirlas

los modelos destruyen nuestra imaginacion y capacidad de autogestion, asi ke dejemonos de modelos y aprendamos la empatia y la comunicacion para relacionarnos

Unknown dijo...

geniala? más bien mediocre tirando a aburrida, pero no por eso vamos a dejar de pensar, no? ;)

Un Musu